Dignidad del espacio

Cuando nuestros huéspedes cruzan la puerta de la Casa de la Esperanza de Newton, nuestro refugio de emergencia con siete habitaciones y cinco baños, una de las primeras cosas que ven es un cartel que dice: “por favor, llévate lo que necesites

“.
El cartel les invita a elegir ropa acogedora y cálida, servirse pañales y leche maternizada, utilizar las instalaciones de lavandería y acceder a una despensa y una cocina bien surtidas. El fácil acceso a los suministros de la vida cotidiana es intencionado. La violencia doméstica y sexual está arraigada en la dinámica del poder y el control. Eliminar esas dinámicas desde el primer momento en que alguien entra por nuestra puerta es un primer paso fundamental para devolver la dignidad y la agencia a nuestros huéspedes.

“A menudo nuestros clientes acuden a nosotros inmersos y comprensiblemente abrumados por el trauma que han sufrido”, dijo Shannon Brooks Hamby, directora ejecutiva de CSN. “Un espacio limpio y bien mantenido garantiza que puedan centrarse en su curación y en su viaje hacia la seguridad”.

La Casa de la Esperanza Newton se construyó en 1999 y debe su nombre al generoso apoyo de los filántropos locales Gloria y Bill Newton. En el plan original del edificio se incluyó un cuidadoso diseño, con una cocina y un despacho/sala de lectura que dan a un patio donde los niños pueden jugar mientras sus padres los vigilan.

 

En el interior, las habitaciones están amuebladas con donaciones nuevas y casi nuevas de nuestra generosa comunidad. Las literas y camas nido garantizan que las familias puedan compartir fácilmente una habitación. Los colores son apagados y tranquilos. Las telas son suaves y cómodas. El personal de CSN se ocupa continuamente de actualizar la Casa de la Esperanza de Newton para garantizar que los huéspedes puedan descansar, mantener sus puestos de trabajo, procesar el trauma y elaborar un plan de seguridad con nuestro equipo de defensores.

“Varios huéspedes me han contado que su estancia en nuestro alojamiento de emergencia les permitió relajarse y dormir por primera vez en meses”, dijo Aubrey, gestora de casos residenciales de CSN.

“Ya no caminan sobre cáscaras de huevo. Pueden servirse lo que necesiten sin pedirlo ni hacer trueques. A veces, lo más gratificante es oír reír a los clientes -con un chiste, una película divertida o con sus hijos- y ver cómo la alegría empieza a formar parte de sus vidas.”